viernes, 1 de noviembre de 2019

SOLOSURF

Desde la asignatura de educación física de un centro escolar de Cádiz ciudad se les ha llevado a la piscina a clases de natación durante años. Este centro cuenta con algunos alumnos con diversidad funcional, y cuando llegaron al curso donde entrenaban a los alumnos en natación, la piscina les vetó el paso. 

Sí, los alumnos con síndrome de Down, Rett, trastorno del espectro autista... no podían ir a la piscina por si acaso les pasaba algo, ni el centro ni la piscina municipal se querían hacer responsables de las personas con diversidad funcional. Y esto pasa mucho más de lo que imaginamos, como son especiales mejor les dejamos apartados y ya que la familia les enseñe y les eduque solos.

Sin embargo, este grupo de alumnos tuvo la suerte de conocer a SoloSurf, que es una asociación independiente de carácter socio-comunitario, que desarrolla y promociona Programas Acuáticos para Diversidad Funcional desde  Ocio y Tiempo Libre. Es decir, promociona el surf como actividad acuática terapéutica para personas con diversidades funcionales.

El objetivo de la asociación es crear una nueva actividad de ocio donde se favorezca la participación e inclusión del cliente. Se pretende conseguir: 

  • Dinamización personal: Activación, participación medioambiental y social y aprendizaje mediante programa de surf para la diversidad funcional.
  • Coeducación: Impacto sostenible y normalizado. Eliminación prejuicios y estereotipos sociales sobre la discapacidad.
  • Promoción del surf como recurso para la diversidad funcional: Programa acuático para la diversidad funcional dentro de las actividades acuáticas terapéuticas (gestión del proyecto seguro, profesional y funcional). 
Se trabaja en base a la psicomotricidad (la persona con trastornos cognitivos aprenda a usar el cuerpo de un modo funcional, reorganizando sus canales visuales, kinestésicos y auditivos), la atención (relacionado con los niveles) y el umbral de estrés (surf como actividad que genera adrenalina).

En resumen, SoloSurf fue para el colegio un complemento psicoeducativo que ayudó a incluir en actividades diferentes e innovadoras a personas con necesidades especiales, además de eliminar las barreras para que las personas con diversidad funcional puedan realizar las mismas actividades en horario lectivo que sus compañeros de instituto. 

He de destacar que la valoración de la experiencia por parte del centro, de los padres y de los alumnos fue muy positiva. Se ha visto reflejado ya que actualmente los alumnos con diversidad funcional del centro que asistieron a estas clases, siguen yendo como actividad estraescolar, como forma de educación no formal.











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